martes, 13 de julio de 2010

Y de repente...



He vuelto a la vida
con el cansancio de ser libre,
con el olor de la hembra en celo,
como una lluvia cargada de secretos.
He convocado mi impaciencia
en esta casa que parece sola entre rosas y  truenos ,
que a nadie pertenece.
He recostado mi carne,
 he dejado el balcón abierto
y de sus maderas he colgado palabras.
Soy el  insecto que revolotea
y se entrega al fuego de la luz.
He vuelto a la memoria cimiento
de una arquitectura desconocida
-torre de duro cemento-
que erige un lugar más real.
He venido con las manos vacías
y un latido constante.

(de el libro "Quedarse con lo escrito")



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