domingo, 17 de octubre de 2010

La voz del terrorista



La elección forma parte de nuestras vidas, lo que amamos, lo que odiamos, lo que nos gusta o no, incluso los errores que cometemos son elementos que nos configuran como personas. Hay personas que nacen y mueren en un constante error ante los ojos de los demás, y a pesar de un continuado intento de justificar sus actitudes, a veces, esas personas puede que intenten de forma fracasada elegir otros caminos, pero que en el fondo eligieron esa fórmula hostil de vida y son conscientes de ello. Hace mucho tiempo yo me cuestionaba éste tipo de cosas - que no han dejado de preocuparme, por cierto-, lo que me llevó a ponerme en la piel de un ser paralelo. Nace así "La voz del terrorista"



Le cruza las entrañas
una cicatriz rencorosa
que a veces le desnuda el rostro.
Un gesto severo, un ademán inútil.
Dicen que es bebedor;
y el sueño, siempre engaña.
Antes de que muera algún día,
lo han fusilado ya en el callejón
hombres llenos de ideales.

-Imprevisible argumento,
no sé qué hacer con él-.

...

Después de la discordia
-conciencia y razón-
sólo queda cierto dramatismo.
Un olor a roble viejo.
Doblo la esquina,
encuentro el acontecimiento,
siento frío, siento una tristeza anónima.

 
¿Para qué malgastar palabras?

...

Sospechas y certezas
-¡basta de minar lo que se aproxima!-,
no es cuestión de improvisar.
si se observa con calma,
entre la consumación y yo
hay un enredo indeleble,
una voluntad con prestigio
un contorno exacto que palpita.

 
“la lucidez es la herida más cercana al sol” R.Ch.


...

Un acontecimiento no es el alba,
crece, crece su trama,
su historia, su argumento
baja por los desagües de la ciudad,
llega a un bosque
donde los árboles pintados
son testigos de un cielo inmenso,
sangre tierra que por unas horas
aplaza la inquietud.

(del libro "La voz del terrorista")
 


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