jueves, 21 de octubre de 2010

Vértigo



Cierro los ojos con fuerza
pero ellos me niegan su asilo
ante mi vista persiste
el acontecimiento ha sucedido ya,
se repite en demencial moviola
es el ratón de una rueda
que gira y empuja
empuja y gira sin sentido alguno.
El miedo destila continuamente
esa imagen hasta que sólo queda
un rostro desconcertado que oculta el espanto.
Sobre el asfalto
flota un cuerpo en una charca
sigo viéndome con los ojos abiertos
-los míos están muy cerrados-
Creo que me he tirado
desde lo más alto del edificio.
No puedo dejar de ver a esa mujer
que desiste de ser ella misma.


...

Sería muy conveniente
-en determinados juegos-
poseer un canto de alondra
en la garganta enrojecida
que de vez en cuando adormezca
la conciencia de forma espectacular.
Hacer callar a esa acusadora
que de forma continuada
nos repite la versión extrema
del vacío que nos ocupa
sin que la alarma se extienda
y todo se resuelva de puertas adentro.


...

Quisiera dejarlo, pero no puede
Es una imagen confusa
con una idea decidida
que se proyecta sobre la pared



Tal vez si recortara la silueta
  y la pegase sobre otra pared 
sólo tal vez solucionaría el problema
 

Ha comenzado un nuevo ciclo
Algo ha muerto, algo crece
Siente que no puede controlarlo

 
No censuréis su metamorfosis


...

Le ha dado por escribir
plaga las mesas de papeles
los tiene por todas partes
por el suelo, por el techo
en sus bolsillos en sus intenciones.
    Desea quedarse vacía,
-por eso lo escribe todo-
tan vacía como el apartamento
que ni siquiera recuerda su nombre
ni le queda memoria alguna.


(del libro Vértigo)


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