jueves, 28 de abril de 2011

Ana Mª Matute, justa ganadora del premio Cervantes

 
 
 
 
 
 Precioso el discurso que la autora regaló nuevamente a sus lectores al recibir el Premio Cervantes, para mi ha sido una creadora magnífica con épocas más lucidas y otras no tanto, pero en sus libros nunca faltó un valor que dibujó con palabras y habilidad: "esperanza". Toda su magia literaria, incluso su crudeza literaria están envueltas en un halo reparador que te invita a creer en que todo tiene futuro. Uno de los primeros libros que leí de ella fué "los niños tontos", a mí me encantó. mucho tiempo después en un club de lectura al que pertenecía sugerí leerlo , lo hicimos, y la experiencia fué magnífica. En ninguno de sus libros me ha defraudado. No es ni mejor ni peor que nadie, simplemente es única, como las cosas que a mí me gustan.Me siento muy contenta por ella, creo que merece éste galardón.



( Los niños tontos) Fragmento:

Todos los días, cuando volvía del colegio, el niño que soñaba miraba aquella gran ventana del palacio. Dentro de la ventana había un árbol. El niño no lo podía comprender, y ni siquiera en sueños podía explicarselo. Alguna vez le decía a su madre: "En ese palacio, dentro de la habitación, al otro lado del cristal de la ventana, tienen un árbol". La madre le miraba con ojos serios y fijos. De pronto, parecía que tenía miedo, y le ponía la mano en la cabeza: "No importa, niño," le decía. Pero el recuerdo del árbol perseguía al niño fuera de sus sueños. "Vi el árbol ayer por la mañana y ayer por la tarde, dentro de la habitación. Los de ese palacio tienen un árbol en el centro de la sala. Yo los he visto. Es el árbol gemelo del que vive en la acera, dentro de su cuadrito de tierra, entre el cemento. Sí, madre, es el árbol gemelo, les vi ayer hacerse muecas con las ramas." Como no podía ya pensar en otra cosa, hasta sus sueños le abandonaron. Cuando llegaron los días sin mañana, sin tarde, ni noche, cuando la mano de la madre se quedaba micho rato en su frente, para frenar su pensamiento, el niño buscaba afanosamente en el suelo de su cuartito y debajo de la cama: "Tal vez el árbol me vaya buscando por debajo de la tierra, y vaya empujando la tierra, y vaya empujando la tierra, y me encuentre." El miedo de la madre le llegaba al niño a la garganta y sus dientes castañeaban. "No importa, niñó."

Por fin, un día, vino la noche. Entró en el cuarto y se lo llevó todo. "Madre, qué árbol tan grande", dijo el niño, perdido entre sus ramas. Pero ni siquiera oía ya la voz que repetía: "No importa niño, no importa".
 
 

2 comentarios:

  1. Ana María Matute es, aunque no lo creas, una de mis asignaturas pendientes... Aún así no me cabe duda de que es digna merecedora del prestigioso Premio.

    Lo que más me ha gustado de tu entrada es que no le haces el Honor de proclamarla "La Mejor", sino "Única". Y escritores Únicos es lo que necesita la Humanidad y su Futura Historia.

    El fragmento que expones, precioso... No sé por qué, pero me pone triste... Supongo que sería el objetivo de A.María. Pero la Tristeza del texto está oculta entre sus líneas. Eso sólo es propio de un Genio.

    Un Beso Premiado, Isabel.

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  2. Lee si puedes el libro, todo él tiene la tristeza que generó una post-guerra como la española, en realidad el hecho de que todos los personajes sean niños hace que empatices con ellos desde el primer momento, y no es lo más relevante la historia que cuenta, si no la astucia con la que relata lo que verdad esconde; pero es que siempre te queda la sensación de que queda más luz.Hay libros de ella que me han gustado másy otros menos, no conozco toda su obra, pero es una autora que volveré a leer algo que no puedo decir de otros/as.
    besos

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