lunes, 7 de mayo de 2012

Arrobito no es un destello



Este cuento  lo escribí el pasado Noviembre en un taller de creación literaria . Me divertí muchísimo, el ejercicio consistía en crear con diferentes personajes varios puntos de vista de una misma historia. Este es el primero de cinco, ya los iré publicando.



Arrobito no es un destello

¡Socorro, sacadme de aquí!- el pequeño arrobito bufaba destellos incendiarios desde dentro de la pantalla-.
Toc toc toc…-golpeaba con sus diminutas garras sobre el cristal-,  ¡necesito salir! Ni caso.
El trompetista no miraba el ordenador, observaba atento como- a través de la ventana- una hoja era arrastrada por el viento, desde la cornisa hacia el suelo, y se posaba sobre un caracol. Mordía una jugosa pera. Se sonrió al ver que el caracol parecía atrapado de forma inesperada, interrumpiendo así su ruta.
-Toc  toc toc ¡sacadme de aquí, por favor!
De repente el ojo del trompetista reparo en el cristal,  observo que unos destellos brillantes “gritaban” desde la pantalla del ordenador.
 El ojo de Mac –el trompetista- era astuto, se dio cuenta de que algo no iba bien. La @de su teclado había desaparecido. Aunque, lo que le resulto verdaderamente extraño era que pendía de la cola del bichejo que gritaba desesperado desde el otro lado
_!Qué has hecho insensato!, exclamó Mac, ¿te has comido mi @?
-Por favor, suplicaba arrobito, sácame de aquí, tengo que regresar a mi cueva.
-¡¿Cueva?!, ¿qué eres exactamente?- dijo el trompetista-, no sé cómo  ayudarte
-¡el caracol! ¡el caracol! – seguía gritando – tienes que conseguir que el caracol venga hasta aquí, soy un dragón hechizado por un embrujo, tienes que ayudarme a salir, por favor.
Mac salió al jardín más escéptico que convencido, buscó entre los matorrales, levantó las hojas que encontró a su paso hasta reconocer la que había  visto caer ,y al intentar atraparla el viento la elevó por encima de su cabeza, desapareciendo ante su único ojo sin que nada pudiera hacer. Solo quedaba en el suelo un rastro de baba que se dirigía hacia la casa. @@@@@@@@@@.
_No está, dijo al dragoncillo, el caracol se ha ido dejando un rastro de @que se pierde justo al entrar en el porche de la casa.
“…No sé que me pasa – pensó Mac- creo que la pera que me he comido no estaba tan sana como yo creía, o quizás el ojo me engaña! ¿estoy hablando con un dragón hechizado que me habla desde el ordenador?!, ¿en realidad existen caracoles que dejan rastros de letras?...”
Una de las habilidades que arrobito poseía era la de leer el pensamiento, y le dijo a Mac:
-Sé que no me crees pero es cierto que soy un dragón, y estoy aquí atrapado por culpa de un malvado virus, necesito una clave para salir, pero no la puedes teclear sin la @.Tienes que encontrar al caracol que todo se lo come, le llamamos Devorapalabras, se ha tragado la @ y la necesitamos para que  actives la clave.
¡Pero si tú llevas una en la cola! –dijo Mac enfadado-, utilízala
_No puedo, dijo arrobito apenado, el virus la ha dejado aquí solo como pista
¡Oh, no,no no! ,( el dragón vio como el caracol comía de la pera)
 ¡Es terrible!, gritó desesperado, !si come de la pera ya no podré regresar, !es una pera mágica que confunde la memoria!,! no podré salir nunca!- dijo desolado-.
Esc
Acto seguido Mac pulsó la tecla… y nada
No había dragón en la pantalla, todo estaba en su lugar, el ojo en el trompetista, el ordenador apagado, la hoja en la cornisa y el viento soplando.
 El caracol había desaparecido entre la maleza.
 Sobre la mesa, una pera mordida y un pequeño dragón con una letra en el rabo que miraba con asombro desde el cuaderno en el que estaba dibujado.

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